miércoles, 11 de febrero de 2015

Les ombres et les lumières

MENOS SOMBRAS Y MÁS DOS DEDOS DE LUCES


Llevaba ya un tiempo pensando en escribir sobre este "fenómeno" de masas que se ha creado alrededor de la trilogía de "Cincuenta sombras de Grey", pero lo de hoy ha sido ya el culmen cuando el en gimnasio una señora a otra le comentaba acaloradamente que de ninguna manera podía tolerar que su hijo se fuese a vivir con una chica que no supiese limpiar bien la casa. 

Puede parecer a simple vista que esto no tenga mucha relación con Cincuenta sombras, son dos cosas muy distintas, pensaremos. Pues no son tan dispares como pensamos, desde muy niñas siempre nos han criado bajo el cuento del "príncipe azul" en donde un joven hiper guapo llega sin despeinarse galopando en su caballo a salvarnos con un beso, mientras nosotras esperamos limpiando la casa, haciendo la comida y la colada a que eso suceda. 

Pero el príncipe ese tan maravilloso no existe en la realidad, el amor romántico es ficticio y tenemos que aprender a vivir con la desilusión y a la espera de que el cuento ocurra. 

Mientras esperamos y esperamos aburridas, dudosas, asustadas, tontas e ignorantes, llega el "Gran hombre" uno seguro de sí, con confianza en si mismo, fuerte, protector y muy misterioso que viene a enseñarnos cosas prohibidas y a salvarnos de nuestra ignorancia de nuestra niñez para hacernos adultas porque sin él nosotras no podemos experimentar otros campos. 

Tan tontas y pobrecitas nosotras que nos dejamos llevar por este "Super hombre" misterioso para que haga de nosotras lo que quiera, posea todo nuestro ser, nuestra personalidad y nuestro ingenio, para que él sea el único de nuestro pensamiento, y para que al final de todo sin él no podamos vivir, no seamos nosotras mismas, ni tomemos nuestras propias decisiones sin su aprobación o supervisión. 

Pero todo esto es falso y muy denigrante.

Yo me opongo a querer un señor Grey en mi vida, soy independiente, fuerte y segura de mi misma y solo me atrae un juego en el que ambas personas participen en igualdad de poder y de consentimiento, mi cuerpo no es un objeto ni mi mente es algo con lo que se pueda manipular, no somos indefensas e inocentes mujeres convertidas en niñas ante el peso del hombre protector.

Por eso chicas de todo el mundo, despertad, el señor Grey no existe, no soñéis con él, no esperéis a un "Super Hombre", porque no lo necesitamos para ser nosotras mismas.

lunes, 26 de enero de 2015

Un peu d' art contemporary (I)






ARTISTAS CONTEMPORÁNEOS




Hace unos meses que asisto a un curso llevado a cabo por La Térmica sobre ocho artistas contemporáneos, desde noviembre hasta junio, cada mes conocemos un artista, cada uno de diferente campo y presentado por una persona experta en el tema. 
Desde un primer momento me sentí totalmente atraída por este curso, ya que lo que conozco de arte contemporáneo no abarca a tan diversos campos artísticos ni de tanta actualidad. 
Artistas tales como Damien Hirst, Ai WeiWeiJohn BaldessariCindy ShermanBanksy entre otros, son los que componen este curso y de los que pretendo hablar y comentar en diferentes post para que conozcamos un poco más de todos ellos.

Comenzamos...

Sesión 1. DAMIEN HIRTS


Sabemos mucho acerca del artista Damien Hirst pero sobre todo que es un entregado desmesuradamente al llamado capitalismo, es un comprometido con el mismo, siendo su más ferviente admirador. Su arte convertido en fetiche del mercado, estático e inserto en espacios donde el escepticismo y la asepsia los envuelve.


Dentro  de los años ochenta fue uno de los más destacados artistas jóvenes británicos que con sus provocadoras e impactantes obras en poco tiempo se convirtió en una estrella de la crítica en los medios de comunicación. Revalorizando el readymade y llevándolo más allá que artistas tales como Jeff Koons, Hirst lleva la obra al límite donde lo kitsch desaparece y en cambio la ironía, lo grotesco y la provocación son los que dominan el objeto. 



En sus trabajos se crea una línea muy fina entre el objeto inanimado y el ser vivo, Hirst se adentra en lo escabroso del mercado por conseguir comercializar y convertirlo todo en simples beneficios, sus animales son producto transformados en una mercancía de lujo expuesta. 

















El arte de Hirst nos produce terror, repulsión, rechazo y nauseas, mezclado con una sensación de inquietud y fascinación por todo aquello que nos muestra. Sus obras intimidan la sensibilidad del público como también la idea romántica de lo que consideramos arte, aluden al ser monstruoso y monumental de una forma irónica que se encuentra cercano a lo sublime. 

Vemos como en la obra artística se implanta un nuevo orden que ya Walter Benjamin avecinaba; el “aura” perdida será devuelta por el mundo del mercando convertida en un “falso hechizo” en algo implantado por su valor económico más que por el artístico. Es una falsa “aura” ya que se hace pasar por ella y en el valor de consumo se convierte en el ganador frente a otros valores propios de una obra. Así y de una forma desgarradora el arte se convierte en el gran negocio.


Tanto al hablar de sus animales despedazados colocados en vitrinas, como el llamativo tiburón llamado La imposibilidad física de la muerte en la mente de algo vivo, valorado en diez millones de dólares, sus pinturas gigantes o butterflies; como de su famosa calavera repleta de diamantes conocida como Por el amor de Dios, nuestra pregunta puede ser repetida en más de una ocasión ¿Realmente esto puede ser considerado como arte? Pero para esta pregunta no existe una respuesta clave, no está en nuestra mano juzgar el arte, porque el arte ya lo hace por sí mismo.