jueves, 3 de abril de 2014

Une touche fémenine (I)

"Hablar de mujeres no es hacer crítica feminista" Estrella de Diego.
"Occidente únicamente conoce la historia contada por el Padre" Victoria Sendón.

Hoy día, a simple vista nos puede parecer que términos como machismo, desigualdad o feminismo ya están superados, que es algo que quedó años atrás y que en el siglo XXI no queda ni un ápice de ellos. Ojalá fuese cierto, pero sabemos que no es así. Quizás se intente enmascarar el hecho de que aun sigue habiendo una gran desigualdad, empezando porque se confunden los conceptos o porque se cree que llegando a igualar el número de hombres y mujeres diputados se consigue una igualdad de género, o como también empleando el masculino y femenino de una palabra. Puede que esta forma de intentar "solucionar el problema" solo llegue a modificar el envoltorio, la superficie de lo que realmente sucede.

"El arte es constitutivo de la ideología, no es meramente una ilustración de ella" Griselda Pollock. 
Dentro del establecido sistema ideológico en donde el patriarcado es el medio dominante; el cual se basa en relegar a la mujer un papel estático, sometido y supeditado al del hombre, todo ello llevado a cabo en un espacio acotado, cerrado y privado conocido como la domesticación femenina. La mujer encuentra un medio en donde mostrar su visión del mundo y su no conforme condición impuesta. Por medio del arte, mujeres pioneras como Artemisia Gentileschi o Mary Cassatt, entre otras muchas, exponen una intención feminista en la creación de un sistema de miradas que ponen en evidencia las relaciones de género. Fue de forma más evidente en las primeras décadas del siglo XX cuando esta apuesta por mostrar otra forma de ver la realidad se hizo visible en el sufragismo y en la demanda del derecho al voto femenino. Es muy conocido el acto violento de protesta que llevó a cabo la sufragista Mary Richardson cuando rajó el lienzo de La Venus del espejo de Velázquez, pretendiendo llamar la atención de los medios de masas para hacer eco de la lucha que se estaba llevando a cabo por los derechos de la mujer.






















La oleada de movimientos vanguardistas inundó todo el panorama artístico a lo largo de este periodo. Estos artistas fueron creando un nuevo campo artístico, nuevas formas e innovadores procedimientos artísticos, pero a pesar de esta ruptura de formas los "héroes" seguían siendo los mismos. La mujer artista era vista como seguidora o incluso imitadora del arte que estaba realizando su protagonista masculino, llegando a no considerar su arte "serio" y solo un reflejo de todo ello. Así seguiría a la sombra, como compañera y admiradora del trabajo trasgresor del artista masculino. 


















A pesar de todo ello el número de mujeres artistas crecerá, se atreverán a pintar, esculpir, fotografiar, etc. Entre muchas de estas mujeres encontramos a Köthe Koll, artista que trabaja dentro de la corriente del expresionismo alemán. Usando la técnica del grabado nos muestra una visión más directa con la realidad del momento. Sus protagonistas serán la crudeza y la miseria que el ser humano estaba sufriendo. Realiza una fuerte crítica social pero desde una mirada diferente en donde la mujer se ve realmente completa, vista por sí misma, creando su propia identidad. Así tanto los hombres como las mujeres se encuentran cargados de una fortaleza alejándose totalmente de todo estereotipo. 

"Los hombre actúan y las mujeres aparecen. Los hombres miran a las mujeres. Las mujeres se contemplan a sí mismas mientras son miradas" John Berger.
Queriendo de esta forma romper con este esquema impuesto y estereotipado, poniendo en tela de juicio todo ello el arte recurre a la deconstrucción como método queriendo por tanto destruir toda aquella identidad construida y ya creada para crear una nueva desde otro punto de vista. Para ello muchas artistas recurrirán al uso del disfraz como es el caso de Claude Cahun exponente del surrealismo, que con su trabajo de interpretación de diversos roles crea un repertorio de diversas identidades. Cahun juega con los estereotipos y los distintos papeles que tanto la mujer como el hombre desempeñan en la sociedad y que parece que no podemos escapar de ellos, crea de esta forma un discurso en donde pone en evidencia los distintos papeles que ambos desempeñan y lo absurdo de ello. 


Por ello y después de todo aun queda un largo camino que recorrer para que la mujer pueda sentirse libre, completa, y vista por sí misma, despojada de todo este sistema impuesto. Para ello hace falta crear nuevos discursos, una nueva mirada, resquebrajar estereotipos y roles que son los que posicionan a uno y a otro y así transformar la visión establecida donde no solo una opción sea la válida. 
"¿Por qué era un sexo tan próspero y el otro tan pobre? ¿Por qué son pobres las mujeres? ¿Quién podrá afirmar que la novela no tiene la configuración adecuada para que la use la mujer?"  Virgina Woolf, Una Habitación propia, 1929.

Fuente: TRIGUEROS ALARIO, Mº Teresa, Arte y Feminismo. Nerea, San Sebastián, 2008. CLARK, Toby, Arte y Propaganda en el siglo XX. Akal, Madrid, 2000. BERGER, John, Modos de ver. Gustavo Gili, Barcelona, 2012. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario