martes, 4 de marzo de 2014

La vérité incommode. El Roto.

"¡Qué bien vivimos! ... Si es que a esto se le puede llamar vida..." El Roto.

















"¡Si todo se supiese, ardería el mundo!" El Roto. 

Paseando por las salas del CAC (Centro de Arte Contemporáneo) me encontraba, ya por tercera vez, pero la sensación era como si de la primera vez se tratase. El silencio era estremecedor, solo unos pocos pasos se oían y los ruidos de la gente que hacía fotos; entre tanto alguna carcajada o un gesto de decepción. Mientras iba pasando de una viñeta a otra me fijé en la reacción de más de uno, algún rostro entristecido, una sonrisa de medio lado; pude comprobar también como alguien pasaba de largo al fijarse en una de las viñetas, casi huyendo de ella. 


Pero lo que más me impresionó fue aquella conexión, aquel encuentro, del espectador al enfrentarse cara a cara a una de ellas. Ese instante en el que el arte interactúa, conecta contigo y hace que tu realidad cambie. Para mí fue una experiencia tanto satisfactoria como incómoda, porque te muestra imágenes que a veces obvias, preguntas directas y reflexiones que a lo largo de la semana se escapan de tu mente. Pude echarle un buen vistazo a casi todas, pero sobre todo las que más me impactaron fueron las referentes a la ecología y a la naturaleza, en las que no pude dejar de preguntarme "¿qué pensaría Thoreau de todo ello?"


También las viñetas sobre política y temas polémicos actuales. Cansada como muchos de escuchar siempre las noticias por los mismos medios y los mismos hablando de la misma verborrea. De forma tan directa, sin andar con rodeos, El Roto nos muestra la actualidad, a veces cargada de ironía y sarcasmo, pero diciendo "verdades como puños". 


































Una de las que más me impresionó y que no me esperaba encontrar fue la viñeta referente a lo que ocurrió en la plaza de Tiananmen. Me quedé impactada al verla, hace relativamente poco había estado leyendo y escribiendo sobre ello pero de una perspectiva muy diferente, como algo lejano, algo perteneciente al pasado y como un recuerdo de la valentía del pueblo chino. Ahora, en ese instante, me sentí dentro de la plaza, era a mí a quien estaba interpelando a que esa escena, ese momento no era ya lejano, sino que formaba parte del presente y debía enfrentarme a él. 


Sin duda el arte tiene multitud de puntos de vista y millones de reacciones, la mía fue esta, un desafío. En esta pequeña pincelada casi, por no decir totalmente subjetiva sobre la exposición de El Roto pretendía contar y relatar mi experiencia. Creo que a veces no es tan necesaria una explicación cargada de información fría, apática y árida sobre el autor y su obra, como las sensaciones, las reflexiones y la propia visión del que la contempla; al fin y al cabo la reacción de este último es quien completa la obra. 
"Soy un dibujante contenido. Busco decir las cosas que deben ser dichas, no para hacer una exhibición de empatía sino para que sea útil lo que digo y no hiriente". El Roto.

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