miércoles, 26 de marzo de 2014

Les chaussures du ciel

"En realidad, ningún tiempo es ordinario cuando uno sabe apreciar la vida. Vivir es siempre extraordinario".
Hace ya un tiempo, esta viñeta del dibujante malagueño José Luis Cortés me vino a la mente...
Me invitó a pensar mientras iba comprimida una tarde en el autobús camino a casa. Me propuse analizar la semana y ver si realmente había disfrutado de ella, si había aprovechado cada momento, o si más bien había sido un transcurrir de los días esperando que pasase el tiempo.
Inmersos en el día a día, el ajetreo, los problemas del momento, que en ocasiones, todo lo demás se queda en el fin de semana. Es verdad eso, que vivimos sólo para trabajar, para conseguir vivir, y salir a flote, lo demás es ya casi un lujo. Relajarse, no pensar o el silencio es casi algo de otro mundo.


Tanto ruido que nos nubla el pensamiento, hoy, el silencio es visto como algo incómodo, o si no, dime, ¿cuanto rato solos en silencio permanecemos? ni si quiera ya en la ducha. Tan adentrados en este bullicio que tomarse un tiempo para cada uno, un momento, es ya casi un reto.
"[...] Me asusta con qué facilidad la gente abarrota sus mentes con tales basuras y deja que rumores e incidentes ociosos e insignificantes se introduzcan en un terreno que debiera ser sagrado para el pensamiento". H. D. Thoreau.

En numerosas viñetas Cortés nos muestra a un personaje con barba, bata y pantunflas, un hombre amable, bonachón y cariñoso que a simple vista podríamos pensar que se trata de alguien familiar, que nos da consejos, y nos hace pensar. Aquel amigo que nos hace preguntas incómodas y nos quita a veces muchas tonterías de la cabeza, que nos ayuda y nos echa una mano con todo aquello que necesitamos en cada momento. Alguien que siempre nos escucha y está ahí con nosotros. 
Muchos conocen a este peculiar personaje como un "dios de andar por casa" que cuida de sus geranios y de sus animales. Que se quita el triángulo, símbolo de la divinidad para colocárselo a una mujer pobre, que consuela a una chica lesbiana discriminada por la iglesia.


Cortés con humor e ironía  nos muestra su versión particular de este personaje llamado cariñosamente Abba (papá, papi) tan conocido por todos. No pretende alabar la religión, ni tampoco captar a nadie. Es apto para todos los públicos independientemente de todo lo demás. Para muchos podría llegar a ser revolucionario ver un dios escrito en minúsculas que va tranquilo por casa y que critica todos aquellos prejuicios y etiquetas impuestas, al que le duelen la injusticias y le indigna la indiferencia y la hipocresía de la iglesia. Como también aquel que sonríe, disfruta y se muestra cariñoso. 


A veces gusta tomarse un respiro y como cuando uno lee a Quino disfrutar de este particular y bonachón personaje que nos saca más de una carcajada con cada una de las verdades que nos cuenta.
"Sabemos que no pasa el tiempo, que somos nosotros los que pasamos; pero, mientras vamos pasando, podemos pasárnoslo francamente bien".

martes, 4 de marzo de 2014

La vérité incommode. El Roto.

"¡Qué bien vivimos! ... Si es que a esto se le puede llamar vida..." El Roto.

















"¡Si todo se supiese, ardería el mundo!" El Roto. 

Paseando por las salas del CAC (Centro de Arte Contemporáneo) me encontraba, ya por tercera vez, pero la sensación era como si de la primera vez se tratase. El silencio era estremecedor, solo unos pocos pasos se oían y los ruidos de la gente que hacía fotos; entre tanto alguna carcajada o un gesto de decepción. Mientras iba pasando de una viñeta a otra me fijé en la reacción de más de uno, algún rostro entristecido, una sonrisa de medio lado; pude comprobar también como alguien pasaba de largo al fijarse en una de las viñetas, casi huyendo de ella. 


Pero lo que más me impresionó fue aquella conexión, aquel encuentro, del espectador al enfrentarse cara a cara a una de ellas. Ese instante en el que el arte interactúa, conecta contigo y hace que tu realidad cambie. Para mí fue una experiencia tanto satisfactoria como incómoda, porque te muestra imágenes que a veces obvias, preguntas directas y reflexiones que a lo largo de la semana se escapan de tu mente. Pude echarle un buen vistazo a casi todas, pero sobre todo las que más me impactaron fueron las referentes a la ecología y a la naturaleza, en las que no pude dejar de preguntarme "¿qué pensaría Thoreau de todo ello?"


También las viñetas sobre política y temas polémicos actuales. Cansada como muchos de escuchar siempre las noticias por los mismos medios y los mismos hablando de la misma verborrea. De forma tan directa, sin andar con rodeos, El Roto nos muestra la actualidad, a veces cargada de ironía y sarcasmo, pero diciendo "verdades como puños". 


































Una de las que más me impresionó y que no me esperaba encontrar fue la viñeta referente a lo que ocurrió en la plaza de Tiananmen. Me quedé impactada al verla, hace relativamente poco había estado leyendo y escribiendo sobre ello pero de una perspectiva muy diferente, como algo lejano, algo perteneciente al pasado y como un recuerdo de la valentía del pueblo chino. Ahora, en ese instante, me sentí dentro de la plaza, era a mí a quien estaba interpelando a que esa escena, ese momento no era ya lejano, sino que formaba parte del presente y debía enfrentarme a él. 


Sin duda el arte tiene multitud de puntos de vista y millones de reacciones, la mía fue esta, un desafío. En esta pequeña pincelada casi, por no decir totalmente subjetiva sobre la exposición de El Roto pretendía contar y relatar mi experiencia. Creo que a veces no es tan necesaria una explicación cargada de información fría, apática y árida sobre el autor y su obra, como las sensaciones, las reflexiones y la propia visión del que la contempla; al fin y al cabo la reacción de este último es quien completa la obra. 
"Soy un dibujante contenido. Busco decir las cosas que deben ser dichas, no para hacer una exhibición de empatía sino para que sea útil lo que digo y no hiriente". El Roto.

sábado, 1 de marzo de 2014

Les six sens: le corp et la nature

"El arte es el hombre añadido a la naturaleza." Van Gogh.


"Toda la naturaleza es como un arte desconocido del hombre" Alexander Pope.

Entre tanta búsqueda entre libros y papeles, me topé hace unos días con algunas notas sobre el libro tan conocido de Shakespeare, Hamlet, en las que hacía mención a Ofelia y lo ponía en relación con el trabajo que hace ya tiempo llevó a cabo la artista Rocío Verdejo llamado Quietud. En este proyecto nos mostraba a una Ofelia actual sumergida, estática y entregada totalmente al sueño eterno. Directamente dejé las notas y me fui a por el catálogo de su exposición, en un instante toda esa sensación de impotencia, ingravidez, somnolencia y paz me invadió de nuevo. Una tranquilidad agridulce en cada uno de los rostros flotantes. Estas distintas Ofelias se dejan llevar por el trascurrir del momento, sus cuerpos no respondían, permanecían inmóviles al servicio de la gravidez del fluir del agua. Cuerpo y naturaleza conviven. 





Este intenso contacto de cuerpo y naturaleza lo he podido encontrar además de una forma tan sensitiva y poética en el trabajo de la artista nicaragüense Giovannina Sequeira, interesada también en el tratamiento del cuerpo en el espacio natural, en el comportamiento del agua y del medio con la presencia humana. En sus diversas acciones, muchas  de ellas llevadas a cabo junto al trabajo de la fotógrafa Irene Cruz, la intimidad entre cuerpo y espacio natural es muy aguda, donde la piel es el medio para que la naturaleza emerja por ella, la recorra y se unan siendo una única cosa.



La percepción es tan fuerte que nuestros sentimientos se encuentran "a flor de piel", volvemos a percibir la viveza, la fuerza que el espacio natural nos transmite, es casi una mirada a nuestro origen, a nuestra fase más primaria de contacto directo con todo aquello que nos rodea. 


Ambas, cada una desde un tratamiento distinto nos proponen despertar nuestros sentidos y agudizarlos. El cuerpo femenino será una constante en el trabajo de las dos artistas, podríamos pensar que esta relación del cuerpo femenino nos alude a todas y cada unas de las connotaciones simbólicas referentes a la fecundidad y la fertilidad de la tierra; ambas como "madres engendradoras".

Esta visión es una nueva forma de relación con el medio natural, desde una perspectiva distinta en la que nos encontremos en armonía, en consonancia con el hábitat. Nos enfrentemos solos, en una relación de igualdad y de perfecta conexión.  

"El universo no está hecho de cosas sino de redes de energía vibratoria, emergiendo de algo todavía más profundo y sutil". W. Heisenberg


Fuentes: http://www.irenecruz.com   http://www.giovanninasequeira.com  http://www.rocioverdejo.es